Muchos
factores influyen en la forma de moverse de un perro. El primero es
su construcción, es decir, su estructura anatómica. Un perro con un
ángulo correcto en la paletilla, como por ejemplo el Golden
Retriever, disfrutará de más flexibilidad de movimientos que otro
que tenga la paletilla demasiado recta, el cual posiblemente caminará
con cierta rigidez, como al trote, lo cual constituye un defecto
salvo cuando se considera característico de una raza determinada,
como el Pinscher Miniatura, por ejemplo.
También
la edad y la forma física influyen en la forma de moverse. Un perro
joven y bien musculado se moverá con más soltura que otro perro más
anciano, en baja forma física o con sobrepeso. A los perros les
ocurre como a nosotros: deberían adquirir un buen tono muscular
gradualmente y después ser capaces de conservarlo. Sin embargo, por
desgracia, abundan los perros demasiado perezosos y la obesidad se ha
hecho ya tan frecuente en los perros como en los seres humanos.
El
sobrepeso repercute en los órganos internos tanto como en la
agilidad y en la elegancia al moverse. Actualmente existen numerosas
consultas veterinarias especializadas en problemas de sobrepeso, y no
deberá dudar en someter a su perro a tratamiento si necesita ayuda
para hacerle adelgazar y estar en su peso correcto. Los perros se
benefician tanto como nosotros de una dieta controlada unida a un
incremento del ejercicio.
Las
Cuatro Marchas
Los
perros suelen desplazarse de una de estas cuatro maneras: al paso, al
trote, a medio galope y al galope. Cada raza o tipo suele
caracterizarse por una forma determinada de marchar al paso.
Los
perros grandes y poderosos suelen marchar con paso largo y
majestuoso, mientras que los perritos menudos y vivarachos como el
Terrier tienden a dar graciosos saltitos. Una de las mejores formas
de desplazarse es al trote, un paso uniforme y regular que permite
alcanzar buenas velocidades sin consumir tanta energía como el
galope o el medio galope.
El
galope es la marcha utilizada para recorrer cortas distancias a gran
velocidad. Consume muchísima energía y aunque hay razas criadas
expresamente por su capacidad como sprinters (Greyhounds y Galgos),
ni siquiera éstas son capaces de resistir mucho tiempo a galope
tendido.
Otras
razas se criaron, en cambio, por su gran flexibilidad. Los Bordes
Collies, como otros perros de pastor, pueden girar en seco para
reorientar el rebaño o echarse al suelo en un segundo cuando se lo
ordenen. En cualquier caso, todos estos rasgos de conducta tienen su
origen en la efectiva secuencia avistamiento, acecho, persecución
utilizada para cazar por el lobo.
La
Potencia Muscular
Los
perros poseen tres tipos de músculos: los lisos, que controlan el
movimiento de los órganos internos; el músculo cardíaco, que
constituye la mayor parte del corazón, y los estriados o
esqueléticos, que son todos los demás. El perro puede controlar a
voluntad todos y cada uno de sus músculos esqueléticos.
Los
músculos están formados por fibras que recontraen al ser
estimuladas por un impulso eléctrico y están unidos a los huesos
por tendones. Las contracciones y relajaciones musculares mueven las
articulaciones haciéndolas plegase o extenderse, desplazarse hacia
adentro o hacia fuera, o rotar. Por cada músculo hay otro que
realiza la función opuesta y gracias a esto es posible que los
movimientos alcancen un alto grado de precisión.
Además
de los movimientos más obvios, los músculos son también los
encargados de controlar otros movimientos menos visibles, como los
que se producen al temblar o tiritar, al respirar, al defecar o en el
parto.
El
Aparato Locomotor
El
cuerpo del perro es una máquina prodigiosa. Además de andar de
forma pausada y armoniosa, el perro puede correr a gran velocidad,
brincar y nadar. Su cuerpo goza, además, de una flexibilidad
admirable, lo que le permite pasar de estar hecho un ovillo a ponerse
en pie sobre las patas traseras sin esfuerzo. La enorme agilidad de
los perros, unida a su naturaleza tan versátil, ha permitido a los
humanos emplearlos en una enorme variedad de tareas a lo largo de los
siglos: desde el rescate de personas hasta la caza, desde la tracción
animal hasta el exterminio de la alimañas, pasando por incluso por
el combate como deporte.
La
Natación
Aunque
todos los perros saben nadar por instinto, algunas razas fueron
criadas expresamente para trabajar en el medio acuático. El
Terranova, provisto de un denso manto termoaislante, no sólo es un
excelente nadador, sino que incluso tiene los dedos de los pies
palmeados.
En su
origen, esta raza fue criada y adiestrada para ayudar a los
pescadores a halar las redes cargadas ya de pesca, y más tarde para
rescatar seres humanos que se habían caído al agua.
Su
fuerza es tal que puede sacar un bote de remos del agua si se le
entrena para ello. Son numerosas las noticias sobre Terranovas que
han rescatado contra voluntad a algún bañista que se proponía
disfrutar tranquilamente del agua.
Otras
razas, como el Caniche y el Perro de Aguas Portugués (a los que es
posible adiestrar para que recuperen redes de pescar caídas y las
traigan hasta la orilla), deben su actual aspecto al origen nadador
de su raza. Su actual corte de pelo procede del utilizado cuando eran
perros de trabajo para incrementar su movilidad en el agua, pero
manteniendo sus articulaciones bien abrigadas.
La
Tracción de Sangre
Los
perros han sido durante generaciones el único motor utilizado para
trasladar personas o mercancías en trineo a través de terrenos
cubiertos de hielo o nevados. Los perros de tiro trabajan en equipo,
arrastrando la carga a la que están enganchados bajo las órdenes
del musher o conductor del trineo.
Los
perros de tiro se utilizan también en carreras deportivas de trineo.
El cornering (tomar curvas cerradas a enorme velocidad) no tiene por
qué representar una prueba excesivamente dura para estos perros,
pero desde luego no es precisamente cómodo para el musher, colocado
en pie tras las riendas a lo largo de hasta 32 km (en carreras
relativamente cortas) y desplazándose a una velocidad que puede
alcanzar lo 40 km/h.
En las
carreras largas, aunque tal vez no se alcancen tales velocidades, las
distancias recorridas son en cualquier caso escalofriantes: hay
récords de más de 1600 km en menos de 10 días. También se han
criado como animales de tiro el Bernés, un perro de montaña suizo
elegido por su gran fuerza y flexibilidad, y los perros que aún se
usan en Asia central para hacer girar las norias.
La
Caza
El
instinto de acechar y cobrar piezas de caza, natural del perro, ha
sido aprovechado por los humanos desde que se inició su
domesticación. Una de las familias caninas más antiguas fue la de
los Lebreles, como el Greyhound, el Lbrel Afgano (Tazi) y el
Deerhound, perros dotados de buena vista, larguísimas patas y una
agilidad más propia de un guepardo que de un perro, capaces de
avistar la caza y de perseguirla a toda velocidad.
El
cuerpo ágil y menudo de los Terrier, por su parte, les confiere
flexibilidad y rapidez, cualidades muy útiles para acechar y cobrar
caza menor o exterminar pequeñas alimañas penetrando en sus
escondrijos subterráneos, sobre todo si se unen a los magníficos
reflejos de este tipo de perros.
El
Combate
Ya en el
siglo VI a.C. se documentan peleas de perros, inmortalizadas en
relieves murales. Los perros criados con este fin suelen ser grandes
y musculosos y aunque su gran corpulencia les resta velocidad, aún
conservan una flexibilidad considerable. Cuenta la leyenda que el
gran Shar Pei debe su piel tan holgada y llena de arrugas a su
capacidad para darse la vuelta dentro de ella si un asaltante lo
atacaba por la espalda.
Los
perros, en general, son verdaderos atletas. Lo normal es que
cualquier perro sobrepase corriendo, saltando o maniobrando hasta al
más ágil de los humanos, y también que se acomode con flexibilidad
de contorsionista en el rincón más angosto que se pueda imaginar
para dormir plácidamente.
Más
vale un perro que nunca se está quieto que un perro siempre dormido.
Centro
Veterinario Leuka
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