Los
Terrier son en su mayoría, perros ratoneros o ratoneros que
empezaron a criarse pocos siglos atrás en las islas Británicas.
Cuando los romanos llegaron allí encontraron ya perros de caza de
escaso tamaño a los que denominaron terrari por terra (tierra),
posiblemente porque eran los únicos perros que cazaban bajo el
terreno, es decir, introduciéndose en las cuevas y madrigueras de
las alimañas que estaban encargados de acosar.
La
Historia de los Terrier
Los
Terrier (ratoneros) han sido siempre perros de granja, infatigables
destructores de roedores y demás alimañas. El cometido de todos los
perros de caza descritos hasta el momento era ayudar al cazador. Lo
que se esperaba de los Terriers, en cambio, era que se encargasen
ellos mismos de matar a los enemigos naturales del campesino, para lo
cual contaban con fuertes mandíbulas y afilados dientes que no
permitían escapar a la presa cuando ésta forcejeaba
desesperadamente por liberarse.
Una vez
más, la función que debía desempeñar determinó las
características físicas de cada raza. El pequeño tamaño de los
Terriers en general, por ejemplo, respondía a su necesidad de
colarse en las madrigueras, túneles y rendijas de sus enemigos,
aunque existen excepciones, como el Kerry Blue Terrier y el Wheaten
Terrier Irlandés de pelo suave, cuya alzada excepcional dentro del
grupo de los Terrier se debía a su carácter multifunción, ya que
ellos debían ser perros guardianes, pastores y cazadores al mismo
tiempo. Las leyes irlandesas de la época prohibían a los campesinos
tener perros de caza, y los granjeros se vieron obligados a adaptar
sus Terrier para convertirlos en perros para todo.
Los
Terrier debían además tener un pelaje de fácil mantenimiento, por
lo que a menudo basta con un rápido cepillado y uno o dos
entresacados anuales, ya que los campesinos normalmente no tenían ni
tiempo ni deseos de dedicarse al cepillado y acicalamiento intensivo
de sus perros. Los Terrier de pelo corto pueden tener el pelaje
duro, que los protegía eficazmente de las inclemencias del tiempo y
de los zarzales, o suave, si las razas fueron creadas para trabajar
en condiciones menos duras.
No
obstante, incluso los Terrier de pelo suave, con muy pocas
excepciones, poseen un pelaje que resultaría áspero si se comparase
con los de otros perros de caza: el Fox-Terrier de pelo corto y liso
por ejemplo, cuenta con un manto más rústico, áspero y en
consecuencia protector que el de la mayoría de las razas caninas de
pelo corto y liso.
Los
Terrier que debían perseguir alimañas hasta sus mismos escondrijos
poseían patas cortas, que les permitían colarse en cuevas y
agujeros, y los ojos bastante hundidos por regla general, para
hacerlos menos vulnerables durante el combate.
Los
Terrier suelen, además, llevar la cola muy alta y con frecuencia
cortada a la mitad de su longitud normal, en recuerdo de los tiempos
en que los propietarios tenían que recuperar a su perros agarrándolo
por la cola, corta y firme, para sacarlo al exterior.
Los
Terrier, por último, debían ser camorristas por naturaleza, ya que
perseguir y atacar despiadadamente a las alimañas era una de sus
principales virtudes. Y este rasgo de su carácter se ha conservado
incluso después de convertirse en animales de compañía.
Dificilmente un Terrier inicia una pelea, pero si se ve involucrado
en una, no es de los que se dan por vencidos fácilmente, sino de los
que combate hasta el final.
Tipos
de Terrier
En las
islas Británicas, casi cada región ha desarrollado su propia raza.
Muchas de ellas, como la de Devon y la de Cheshire, se han extinguido
ya, pero aún se conservan bastantes, como las de Manchester, Kerry o
Airedale. Las peculiaridades de cada zona se reflejan en los rasgos
físicos de los distintos Terriers locales. Así, el manto del Cairn
Terrier, por ejemplo es tan largo y tupido que casi parece lana, en
respuesta a las duras condiciones climáticas de su Escocia natal.
Fuera de
las Islas Británicas, los Terrier han desempeñado diferentes
funciones, por lo que los demás países europeos o los Estados
Unidos incluyen sus Terrier o ratoneros en otros grupos de raza. El
ratonero alemán utilizado como perro de compañía, por ejemplo, no
se llama Terrier sino Pinscher, y se le incluye entre los perros de
trabajo, y el Boston Terrier se clasifica como perro de compañía en
los Estados Unidos.
Los
Pinscher Alemanes superan en talla a la mayoría de los Terrier Británicos, la que los hace incapaces de penetrar en escondrijos o
conejeras, aunque, como buenos Terrier, son excelentes para alertar
de la presencia de merodeadores o exterminar alimañas. El aspecto de
Schnaucer es similar al de los Terrier británicos, pero su carácter
lo hace más adecuado como perro de compañía.
El
Terrier como Mascota
Los
Terrier son muy utilizados como mascotas. Muchos propietarios se
sienten atraídos por su carácter bullicioso, malicioso, valeroso y
desenvuelto. Su tamaño les permite adaptarse a la mayoría de los
hogares actuales, y son compañeros leales, afectuosos y juguetones
por regla general, si bien pueden resultar un poco díscolos, pero
esto no es nada que no se pueda evitar con un buen adiestramiento
adecuado por un profesional cuando todavía son jóvenes.
Por: Erik Farina (Etólogo Canino)
www.psicolmascot.com
Contacto: psicolmascot@gmail.com
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