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10 octubre, 2015

Psicología Canina - La Inteligencia del Perro



El potencial intelectual del perro es incuestionable aunque a veces lo hayan exagerado algunos propietarios demasiado entusiasmados. Pero, ¿se puede hablar realmente de inteligencia?

Para dar con una respuesta válida a esa pregunta conviene evitar dos prejuicios tan reductores el uno como el otro: el que, en nombre de la superioridad absoluta de la razón humana, niega que los animales en general y los perros en particular tengan cualquier tipo de inteligencia, y el prejuicio opuesto, que termina por reconocer sistemáticamente al animal unas motivaciones calcadas de las del hombre.

Tampoco es mucho más exacto afirmar que el perro está sometido al instinto mientras que la razón ha liberado al hombre; también los humanos estamos sometidos a pulsiones del mismo modo que el animal evolucionado no tiene sólo reacciones reflejas o estereotipadas. Bien es verdad que el espíritu del hombre alcanza niveles de complejidad más elevados pero también lo es que el perro está perfectamente adaptado a su nicho ecológico, y eso supone una habilidad intelectual indudable.

Abstracción y Lenguaje

La capacidad de abstraer, de crear imágenes mentales, es uno de los componentes de la inteligencia. No parece que los perros la tengan muy desarrollada a pesar de que su comportamiento pudiera indicar lo contrario a veces. Tampoco tiene un lenguaje articulado, lo que no significa desde luego que no se puedan expresar: al igual que todos los mamíferos, se comunican por la voz, las actitudes y ciertas señales principalmente olfativas. Pero ese lenguaje no sirve de soporte al pensamiento abstracto y únicamente permite intercambiar mensajes cuya significación es fundamentalmente social.

Un Vocabulario de Cincuenta Palabras

Un perro dotado y adiestrado puede reconocer una cincuentena de palabras. Pero es por lo menos tan sensible a la entonación como a los sonidos propiamente dichos, de modo que una palabra pronunciada en tono colérico la interpretación seguramente como una reprimenda, incluso a pesar de que esté asociada normalmente con una recompensa. El perro no distingue fácilmente entre fonemas muy parecidos. Por lo que conviene variar el vocabulario para que no confunda órdenes como al lado y sentado.

¿Cual es el Q.I del Perro?

El perro no está dotado de una gran capacidad de abstracción, lo que hace imposible determinar cualquier coeficiente intelectual canino ni tampoco definir una escala numérica que permita situar la inteligencia de los perros con respecto al humano. Pero el conocimiento de la evolución de las especies ha llevado a situar el perro en un lugar bastante elevado en la escala de los mamíferos evolucionados.

Inteligencia y Capacidad de Adaptación

Si la capacidad de adaptarse fácilmente a situaciones nuevas denota una cierta inteligencia, entonces el perro es muy inteligente. La misma historia de su domesticación lo demuestra, como también lo prueba cada día la habilidad que tiene para resolver los problemas derivados de la vida moderna: todos los perros saben subir por una escalera, empujar una puerta e incluso abrirla accionando la manilla, y en general, orientarse sin problemas en el verdadero laberinto que es la habitación de su dueño. Por otra parte, cualquier perro puede superar de modo espontáneo los muy complejos tests de orientación espacial a que se someten los animales de laboratorio.

Según otra definición clásica, la inteligencia es la “capacidad de adaptar los medios a los fines”. Desde este punto de vista, el perro también la tiene: todos los ejemplares son capaces de utilizar las patas para coger objetos, y la mayoría de ellos saben tirar del mantel o de un hilo para acercar lo que quieren coger. Esta aptitud, parecida a la que manifiestan los primates más evolucionados, no es muy diferente de la que le permitió al hombre primitivo transformar los objetos en herramientas.

Inteligencia y Aprendizaje

En el perro, igual que en el hombre, una parte de la inteligencia es innata y la otra, adquirida, sin que se pueda determinar muy bien la importancia de una con respecto a la otra. De todos modos, decir que algunas razas son más inteligentes que otras, no tiene mucho sentido. Todo lo más que se puede decir es que el Mastín del Pirineo, por ejemplo, está mejor adaptado genéticamente para la guarda de rebaños que el Setter, que este en cambio, lo está mejor genéticamente como perro de caza. Lo cual no significa que todos los Mastines del Pirineo ni que todos los Setters tengan la misma capacidad en principio.

Por último, el potencial de cada individuo sólo se desarrollará por completo si las circunstancias lo permiten; así, se sabe que un cachorro que esté aislado de los humanos o de sus congéneres durante los primeros meses estará retrasado con respecto a otro cuya vida social haya sido normal. De ahí la importancia de la educación que, aunque no haga al perro más inteligente, sí le permitirá aprovechar al máximo sus posibilidades.

Inteligencia y Reflejos Condicionados

El perro aprende enseguida a asociar ciertas señales con acontecimientos inminentes, agradables o desagradables. Así, el tintineo de las llaves de casa, que este suele anunciar el paseo, bastará para desencadenar la febrilidad del perro incluso aunque su dueño no se disponga a salir. Los trabajos del premio Nobel ruso Pavlov (1849-1936) pusieron de manifiesto la adquisición de estos “reflejos condicionados” que, siendo al principio actos razonados, se convierten enseguida en simples automatismos.

Si usted está interesado en poder medir el Q.I de su perro, y desea una educación o una modificación de conducta, puede escribirnos al correo: psicolmascot@gmail.com Nos pondremos en contacto con usted lo antes posible, para poder satisfacer sus necesidades con respecto a su perro.
Por: Erik Farina (Etólogo Canino)

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