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14 octubre, 2015

Reanimación CardioPulmonar en Perros y Gatos (RCP)


Si su perro tiene un ataque al corazón y se derrumba, ¿qué debe hacer?

Durante años, los veterinarios pueden haber ofrecido diferentes formas de consejos, pero los investigadores de medicina veterinaria de la actualidad ofrecen un conjunto de directrices basadas en la evidencia para resucitar a los perros y gatos con el corazón parado.

Mientras que las directrices, son sobre todo para los veterinarios, son muy traducible para los dueños de las mascotas y otras personas.

Por supuesto, la realización de las compresiones torácicas en un Chihuahua es muy diferente a hacerlo en una persona completamente desarrollada, o incluso en un Dogo Aleman.

Para la mayoría de los perros, las compresiones de pecho se pueden realizar en la parte más ancha del pecho, mientras el animal está acostado de lado. Sin embargo, en algunas razas como los Galgos con los pechos más en forma de quilla, las guías recomiendan empujando hacia abajo cerca de la axila del perro, directamente sobre el corazón. Los fornidos como el perro Bulldog Inglés se puede colocar sobre la espalda y se comprimen en el esternón, como a la gente. Los más pequeños gatos y perros pueden ser el pecho comprimido con una mano envuelta alrededor del esternón, rodeando el corazón o dos manos sobre las costillas.

Una diferencia fundamental entre los pacientes humanos y los pacientes animales, es que los perros y los gatos tienen tasas mucho más bajas de enfermedad coronaria, la causa más común de paro cardíaco en las personas. El paro cardíaco repentino en los perros, por lo tanto, no es tan común como en las personas y puede ser más comparable a lo que ocurre en los deportistas jóvenes con anomalías estructurales del músculo cardíaco o un defecto en el impulso eléctrico.

Las mascotas también pueden sufrir un paro cardíaco debido a las dificultades para respirar o una enfermedad grave que afecta también al corazón.


Durante casi 50 años, los investigadores y médicos de todo el país, han elaborado y difundido directrices sobre la mejor forma para llevar a cabo la reanimación cardiopulmonar en pacientes que sufren un paro cardíaco. Pero estas directrices no están basadas en la evidencia existente en el mundo veterinario. Quizás como resultado, mientras que más del 20 por ciento de los pacientes humanos que sufren paros cardíacos en el hospital sobreviven para irse a casa con sus familias, la cifra equivalente para perros y gatos es menor del 6 por ciento.

En el caso de los perros de tamaño grande cogemos el hocico del animal e insuflamos con nuestra boca directamente en las fosas nasales. Podemos apreciar que lo hacemos correctamente cuando vemos el movimiento de expansión de la caja torácica.

En el caso de los perros pequeños y miniatura debemos cubrir completamente su hocico con nuestras manos e insuflar el aire. En estos animales hay que tener más cuidado con la presión con la que inhalamos el aire y la cantidad. También debemos apreciar los movimientos de la caja torácica.

Las compresiones que debemos realizar en el tórax para estimular el funcionamiento cardiaco se realizan de la siguiente forma: ponemos las palmas de nuestras manos entrelazadas sobre el tórax del perro, en la zona donde el codo contacta con el tórax. Con los brazos extendidos realizamos compresiones en la zona, como dejando caer nuestro cuerpo, sin doblar nuestros brazos.

Ahora hay que realizar la maniobra conjunta, tanto las respiraciones como las compresiones torácicas. ¿Con cuánta frecuencia realizamos cada una de ellas? En el caso de los perros grandes podemos realizar cinco respiraciones cada quince compresiones. En el caso de los perros pequeños podemos hacer tres respiraciones cada diez compresiones.

Una vez que apreciamos que nuestro perro recupera el latido espontáneo de su corazón y que respira por sí solo ya podemos dejar de realizar la maniobra. Si pasado un tiempo prudencial, que podemos estimar en unos veinte minutos, no hay recuperación, debemos abandonar la maniobra pues sería muy raro que consiguiéramos recuperar ya a nuestro animal. Lo ideal sería que mientras hacemos esta maniobra se pudiese contactar con nuestro veterinario para que nos asesore y esté al tanto de nuestra llegada a la clínica para que sea allí donde se proceda a realizar una maniobra de resucitación avanzada si es el caso o, si hemos conseguido recuperar nosotros a nuestro perro, se le realice un estudio y quede en observación para ver su evolución y descartar posibles complicaciones.

Estas son situaciones difíciles para los dueños ya que, a veces, cuesta reaccionar cuando a nuestro perro le pasa algo así. Es importante mantener la calma y , si es con la ayuda de nuestro veterinario, mejor, pero si no es el caso, proceder nosotros con esta maniobra. Puede ser que nos de miedo romperle a nuestro perro alguna costilla o causarle algún daño interno al realizar estas maniobras pero, lo que sí es seguro, es que nuestro perro morirá si no nos ponemos manos a la obra.

Os recordamos que el el Centro Veterinario Leuka ponemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas: 676 086 086 Todos los días del año.

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